16 de enero de 2007

Esto es mas barato que el psicoanalista..

Cuando yo era pequeña hace realmente muy poco tiempo, mi madre me llevaba al centro de ahí una vez que iba con una de sus amigas que en ese entonces era presidenta de las hermanitas de la caridad afiliada a las carmelitas descalzas y candidata a presidencia de la asociación de la vela perpetua (ese año lo perdió frente a Doña Gertrudis por que cantaba mas fuerte en la iglesia) pos bueno mi madre a mala hora se le ocurrió “encargarme” con ella mientras realizaba algunos pagos y nos deposito en la placita frente a catedral, ya estando ahí nos dirigimos a sentarnos en una banquita enfrente de la iglesia, en eso la señora rauda y veloz casi se postra de rodillas, hace una veneración y se persigna . Me quede viéndola o mas bien viendo a ver quien la había visto y la iba a recoger por loca. Cuando sale de su breve trance se voltea y me pregunta ¿Por qué no te persignas? En ese entonces, yo había huido varias veces de catecismos por aburrimiento y solo me persignaba cuando mis papas me llevaban a la iglesia. Pues le respondí ¿Por qué? Si no estábamos adentro del lugar. Debí haberme quedado callada. Me sermoneo largo rato acerca del respeto que se le debía, agrego dos o tres salmos y si no me hinco ahí enfrente fue por que le faltaban los ladrillos para ponérmelos en cada mano. Total, la ñora me instruyo a que cada vez que pasara por una iglesia me persignara. No le comente a mi mama nada, pensé que estaría de acuerdo con ella (mucho ojo). La vida siguió su curso y yo después de aquella vez cada vez que pasaba por una iglesia grandota, ya fuera a pie o en automóvil, automáticamente yo me persignaba. Fui creciendo y me fui volviendo mas distraída (Los que me conocen sabrán que lo soy realmente, descubrí que cerca de mi trabajo abrieron un nuevo oxxo hace unos días y el mentado ya lleva meses y no es “oxxo” es “extra”) Para no hacer esto mas largo seguía con mi costumbre de persignarme afuera de las iglesias como si fuera un reflejo. El colmo fue el otro día iba en el carro con mi madre y una tía nos dirigíamos al centro de la ciudad ahí se encuentran pues varios edificios gubernamentales y las típicas plazas, total iba yo a mí destino cuando mi mama me pregunta : ¿Pos ahora tu que traes? Y yo dije.. pos de que ma?. A lo que responde atacada de la Risa.. Desde cuando te santiguas frente al palacio de gobierno y frente al correo? Es un nuevo culto o que? Las dos se botaron de la risa de mi Ya no me santiguare enfrente de edificios públicos..bueno si, pero nomás de los que parezcan iglesias. Por su atención gracias

4 comentarios:

Anónimo dijo...

mi hermana se santiguaba frente a la peni vieja...

Anónimo dijo...

Lo bueno que yo no me persignaba, nomás volteaba a ver las iglesias, de chiquito me daban un chingo de miedo, por los santos ahí fríos como muertos (de hecho no están vivos) y los padres con sus caras de ogetes, pálidos de que no les daba el sol y ese eco de las iglesias, neta que me aterraba, lo bueno que en mi casa nunca me enseñaron a ser "religioso".

Anónimo dijo...

ja, ja, ja!

Me hicistes el dia con tu relato

saludos

sirako dijo...

jajajaja. no me esperaba un relato con ese final, caray, que belleza.